El calentamiento por inducción se basa en el suministro de energía por inducción electromagnética. Se coloca una bobina de unas dimensiones adecuadas cerca de las piezas metálicas que hay que calentar. Una corriente alterna de alta o media frecuencia fluye a través de la bobina, lo que genera corrientes parásitas en las piezas, cuya intensidad se puede controlar y ajustar. El calentamiento se produce sin contacto físico y solo se calientan las piezas metálicas que se vayan a tratar. El proceso se caracteriza como una transferencia muy eficiente sin pérdida de calor.
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Cuando se trabaja con productos o componentes sensibles a las descargas electrostáticas, es esencial que los empleados y los bancos de trabajo cuenten con la puesta a tierra adecuada para protegerlos contra las descargas electrostáticas. La forma más habitual de hacerlo es con pulseras, taloneras de puesta a tierra y esteras.
Los artículos sensibles a las descargas electrostáticas se deben transportar y almacenar fuera de una zona protegida contra la electricidad electrostática, en embalajes de baja carga y con protección electrostática. Las principales funciones de un embalaje de protección fuera de la zona con protección ante ESD son limitar la carga triboeléctrica y proteger contra los campos y descargas electrostáticos. El embalaje debe ser capaz de vaciar la carga a una toma a tierra EPA cuando se lleve a un área con protección para ESD (EPA, por sus siglas en inglés).